Cargos: El hombre baleado en NSP parecía estar haciendo un fantasma

Cuando la policía de North St. Paul encontró a un hombre de 24 años muerto a tiros en un apartamento esta semana, descubrieron una impresora 3D y parecía que había estado fabricando piezas para “pistolas fantasma”, armas de fuego de fabricación privada y imposibles de rastrear porque no tienen números de serie.

El jueves se presentaron cargos de asesinato.

En la escena del crimen, dos cajas fuertes para armas estaban abiertas y vacías. La policía pronto encontró bolsas con 15 pistolas abandonadas en el área.

La oficina del fiscal del condado de Ramsey acusó el jueves a un hombre y una mujer, ambos de 19 años, de complicidad en el asesinato de Anthony R. Rojas.

Los oficiales fueron enviados a la cuadra 2100 de North McKnight Road a las 6:13 pm del lunes tras un informe de un hombre con una pistola cerca de un apartamento. Una mujer golpeó la puerta de un apartamento y gritó: “¡Está muerto! ¡Él está muerto!" decían las denuncias penales.

La policía entró en el apartamento y encontró una escopeta y un chaleco antibalas en el pasillo que conducía a los dormitorios. Al final del pasillo, Rojas estaba en el suelo con una herida de bala en un lado de la cabeza. Fue declarado muerto.

Además de las cajas fuertes para armas vacías y la impresora 3D, los agentes vieron en el apartamento una contadora de dinero, cajas de municiones y cargadores de rifles. Al parecer Rojas estaba usando la impresora para crear receptores inferiores para pistolas, según las denuncias.

Los investigadores también descubrieron que Rojas publicó una foto en las redes sociales 12 horas antes que mostraba miles de dólares en efectivo en la cama de su departamento. Las autoridades no encontraron el dinero.

Alguien llamó al 911 a las 6:21 pm del lunes, menos de 10 minutos después de que los oficiales fueron enviados al apartamento, e informó que un joven con una pistola en el bolsillo dejó caer dos bolsas de pistolas en la cuadra 2100 de Burke Avenue, a menos de media hora. A una milla del apartamento donde asesinaron a Rojas.

Los agentes encontraron las bolsas con pistolas de 9 mm en su interior. Uno tenía lo que parecía ser sangre en la empuñadura. En una de las bolsas también se encontraban una pistola y dos cargadores de gran capacidad.

Poco antes de que asesinaran a Rojas, se vio a una mujer y un hombre discutiendo al norte de la residencia. Otros dos hombres se acercaron al apartamento y Rojas les gritó y les preguntó qué estaban haciendo. La mujer parecía esperar fuera de la puerta. Se escuchó un disparo.

Se vio a varias personas salir corriendo del apartamento. De los dos hombres que habían llegado al apartamento, uno tenía un arma en la cintura y huyó con una bolsa grande. El otro intentó meterse un arma en su sudadera mientras corría con una bolsa que parecía pesada. La mujer se escapó con ellos.

Otro hombre que portaba un arma vio correr hacia un vehículo y salir en dirección opuesta. Y otro hombre, que tenía un yeso en el brazo y fue visto con Rojas en el apartamento poco antes del homicidio, fue visto en una gasolinera al lado del edificio de apartamentos y pidió a la gente que usara sus teléfonos para conseguir un Uber.

Un familiar de Rojas identificó a la mujer vista en el apartamento como la nueva novia de Rojas, La Vida Rose Martínez, de 19 años, también conocida como Lavida, según un documento judicial. El familiar creía que uno de los hombres armados era el exnovio de Martínez. El familiar dijo que Rojas estaba preocupado por su seguridad porque unos días antes alguien disparó contra su auto.

Los oficiales realizaron vigilancia en una dirección en la cuadra 700 de Bedford Street en St. Paul que estaba asociada con Martínez. Vieron salir a un hombre con un yeso en el brazo y coincidía con la descripción del hombre con yeso que había sido visto en el apartamento de Rojas.

La policía detuvo el vehículo en el que viajaba el hombre e identificó a las personas que estaban dentro como Steven Lawrence Terry, de 19 años, y su madre, de 36. Los oficiales encontraron una pistola sin número de serie en una bolsa entre los dos. Coincidía con las armas fantasma abandonadas cerca de la escena del crimen, según las denuncias.

Los agentes arrestaron a la madre y al hijo. La mujer le dijo a la policía que encontró el arma en su porche y la agarró porque pensó que su marido le estaba tendiendo una trampa.

Terry dijo que Martínez lo había recogido, fueron de compras a un centro comercial en Edina y luego al apartamento de Rojas. Dijo que Martínez tenía una pistola “y vestía un elegante chaleco antibalas cuando fueron” al apartamento, según las denuncias.

Dijo que no conocía a los dos hombres armados que habían sido vistos en el área, pero que no le gustaba cómo lo miraban y caminó hasta una gasolinera cercana para conseguir un Uber; También dijo que no sabía nada del tiroteo.

Las autoridades ejecutaron una orden de allanamiento en la residencia de Martínez y hablaron con sus familiares, y ella se entregó a las autoridades el martes.

Dijo que los dos hombres vistos en el área eran amigos de Terry y que ella solo los trajo al apartamento. Cuando la policía le mostró una foto de uno de ellos, ella dijo que él y otro hombre estaban en la habitación con las cajas fuertes cuando ella salió a buscar a Terry. Ella dijo que estaba afuera cuando escuchó un disparo y uno de los hombres pasó corriendo junto a ella.

Cuando la policía le preguntó a Martínez si vio algo en las manos del sospechoso, ella dijo que no había notado nada porque sufría de trastorno de estrés postraumático. Dijo que no se había reunido con los hombres justo antes del tiroteo.

Martínez dijo que fue a ver a Rojas, lo sacudió y se dio cuenta de que tenía una herida de bala. No estaba segura de si se había pegado un tiro o si lo habían matado, y gritó que estaba muerto y salió corriendo del apartamento. Ella dijo que corrió en la misma dirección que uno de los hombres.

“Martínez pensó que llevar una bolsa con armas debía haber sido pesada, por eso el tipo las dejó caer”, dicen las denuncias sobre lo que ella le dijo a la policía. “Martínez dijo que pensaba que la utilizaban para llegar a (Rojas)”.

Un informante confidencial le dijo a la policía que una persona diferente con el apodo de “23” y otra persona “se suponía que debían robarle al tipo las armas fantasma, pero 23 le disparó”, según las denuncias.

Martínez y Terry están acusados ​​de complicidad en el asesinato. Terry también está acusado de posesión de un arma no identificada por un número de serie, al igual que su madre. Los archivos judiciales no incluían abogados de ninguno de ellos.

La oficina del fiscal del condado dice que el caso aún está bajo investigación con respecto a otras personas acusadas.

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